James Owen fue a vivir a un pueblecito de colonización al noreste de Cleveland. En Youngstown descubrió una gran diversidad de gentes. Youngstown era un pueblo hermoso pero había caído en desgracia por algunos acontecimientos que habían sucedido veinte años antes. Una mujer, en medio de la calle, a pleno día, había sido atacada por su pareja y acuchillada sin piedad ante la indiferencia general. Este hecho hizo que el pueblo se convirtiese en un lugar sin vida y donde reinaba la desconfianza.
En un pequeño solar ,en la plaza del pueblo, decidió instalar una fábrica de abrigos que diese vida de nuevo al lugar y que contribuyese a la riqueza del pueblo y de si mismo. La fábrica acogió a 30 trabajadores del pueblo y durante un período de tres años todo parecía hacer pensar en el renacimiento de un nuevo destino para toda la población.
Un día , a pleno sol, entraron a robar a la fábrica. Cuando el sr. Owen trató de averiguar la verdad descubrió con perplejidad que nadie había visto nada o así lo afirmaban con rotundidad todos . Las pesquisas que hizo la policía sirvieron de poco y nunca se descubrió la verdad.
Una tarde los ciudadanos de Youngstown ese pueblecito al noreste de Cleveland vieron partir al señor Owen con todas sus pertenencias para no volver jamás. El silencio , la tristeza y la desconfianza reinaron para siempre hasta que desapareció el último habitante.