La verdad,yo creo que lo que vende no es tan imprescindible para la vida diaria.La gente da una imagen como que pasa de lo que dice pero en realidad por poco que sea le escuchan,ya que si no le escucharan Daniel (la persona que acudio a su casa), si no le hubiera escuchado ni un poco, no hubiera ido a buscarle. El que sube a vender yo creo que en parte quiere conseguir que las personas se paren a pensar en lo que quieren y luchen para conseguirlo, porque asi seran más felices en el día a día. Irene Arechavaleta.
Lo que el argentino intenta es motivar a las personas teniendo una meta, un sueño en el que creer, y consciente o inconscientemente, cumplirlo. En estos tiempos la gente tiene metida en la cabeza cosas sin importancia excluyendo lo verdaderamente importante. Sus sueños. El argentino fomenta a creer en ellos, y aunque crea que su semilla no ha dado ningún fruto, que nadie le ha escuchado en el autobús, después se ve que hay gente que aún se les puede tener esperanzas. Y puede ser una milagrosa casualidad, sí. Pero si tienes fe y luchas por lo que quieres, todo es posible.
Os invito a participar. Se reparten caramelos(0,25).David Gaspar
ResponderEliminarLa verdad,yo creo que lo que vende no es tan imprescindible para la vida diaria.La gente da una imagen como que pasa de lo que dice pero en realidad por poco que sea le escuchan,ya que si no le escucharan Daniel (la persona que acudio a su casa), si no le hubiera escuchado ni un poco, no hubiera ido a buscarle.
ResponderEliminarEl que sube a vender yo creo que en parte quiere conseguir que las personas se paren a pensar en lo que quieren y luchen para conseguirlo, porque asi seran más felices en el día a día.
Irene Arechavaleta.
Lo que el argentino intenta es motivar a las personas teniendo una meta, un sueño en el que creer, y consciente o inconscientemente, cumplirlo. En estos tiempos la gente tiene metida en la cabeza cosas sin importancia excluyendo lo verdaderamente importante. Sus sueños.
ResponderEliminarEl argentino fomenta a creer en ellos, y aunque crea que su semilla no ha dado ningún fruto, que nadie le ha escuchado en el autobús, después se ve que hay gente que aún se les puede tener esperanzas. Y puede ser una milagrosa casualidad, sí. Pero si tienes fe y luchas por lo que quieres, todo es posible.